EL DORADOEl dorado o color oro esta estrechamente relacionado con el simbolismo del Sol.
En la India, el dorado también es llamado buz mineral.
Según los antiguos egipcios, el dorado es la carne del Sol, y también la carne de los dioses es de color oro; por ese motivo, a menudo se han encontrado mascaras funerarias de faraones elaboradas con este metal precioso.
En los himnos y las invocaciones, los dioses eran llamados a menudo el oro encarnado.
Este color es el símbolo del conocimiento de las cosas divinas, de la esencia del mundo, del fin ultimo de la existencia.
Para los alquimistas, convertir el plomo en oro equivale a comprender los secretos de la naturaleza y acercarse a la divinidad a través de la propia redención personal.
El oro, símbolo de la perfección, se utiliza para indicar una edad mítica de la humanidad, cuando no existían conflictos ni infamias.
También es la representación mítica del fuego purificador y del sol que ilumina y da vida.
En la antigua Grecia, este color se relaciona con la fecundidad, la riqueza, el dominio, el conocimiento supremo, simbolizado por el vellocino de oro, buscado por Jasón y los Argonautas, o por las manzanas de las Hespérides que Hércules robó con astucia.
El oro es, indudablemente, el color del poder, y dorados son los hábitos de Apolo y otras divinidades del Olimpo griego.
También en el mundo cristiano los pintores de iconos lo utilizaban para representar a la divina majestad.
Por el mismo motivo, en innumerables obras se ha pintado rubio a Cristo y no con los cabellos negros, como era lo más lógico al ser nativo de Belén.
En magia, este color se emplea en los rituales para atraer sobre el solicitante el bienestar material, la prosperidad, la fortuna económica, pero también la positividad y la energía de las fuerzas cómicas para una curación o la resolución de un grave conflicto.
En todo lo que hace referencia al campo de la salud, el color dorado desarrolla una notable función de reequilibrio y protección de todo el organismo, aunque la zona dedicada a este color es la cabeza: el lugar de la mente que, en los santos, está rodeado por un aro de oro, la aureola, como protección de la rectitud del pensamiento.
Laura Rangoni
