SIETE PASOS PARA DOMINAR EL EGO
1. No te sientas ofendido.
La conducta de los demás no es razón para quedarte inmovilizado. Lo que te
ofende solo contribuye a debilitarte. Si buscas ocasiones para sentirte
ofendido, las encontraras cada dos por tres.
2. Libérate de la necesidad de ganar.
Al ego le encanta dividirnos entre ganadores y perdedores. Siempre habrá
alguien más rápido, más joven, más fuerte, más listo y con más suerte que tú, y
siempre volverás a sentirte insignificante y despreciable. Tú no eres tus
victorias. Puede que te guste la competición y que te diviertas en un mundo en
el que ganar lo es todo, pero no tienes por que estar allí con tus
pensamientos.
3. Libérate de la necesidad de tener razón.
El ego es fuente de conflictos y disensiones porque te empuja a hacer que los
demás se equivoquen. Cuando eres hostil, te has desconectado de la fuerza de la
intención. El Espíritu creativo es bondadoso, cariñoso y receptivo, y esta
libre de ira, resentimiento y amargura. Olvidarse de la necesidad de tener
siempre razón en las discusiones y las relaciones es como decirle al ego: No
soy tu esclavo.
4. Libérate de la necesidad de ser superior.
La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás. Se
trata de ser mejor de lo que eras antes. Céntrate en tu crecimiento, con
constante conciencia de que no hay nadie mejor que nadie en este planeta. Todos
emanamos de la misma fuerza vital. Todos tenemos la misión de cumplir la
esencia para la que estamos destinados, y tenemos cuanto necesitamos para
cumplir ese destino. Nada de esto es posible cuando te consideras superior a
los demás.
5. Libérate de la necesidad de tener más.
Por mucho que logres o adquieras, tu ego insistirá en que no es suficiente. Te
veras luchando continuamente y eliminaras la posibilidad de alcanzar la meta,
pero en realidad ya la has alcanzado, y es asunto tuyo decidir como utilizar el
momento presente de tu vida. Irónicamente, cuando dejas de necesitar más,
parece como si te llegara más de lo que deseas.
6. Libérate de la necesidad de identificarte con tus logros.
Puede resultar un concepto difícil si piensas que tú y tus logros sois lo
mismo. Todo emana de la
Fuente. Tu y tu Fuente sois uno y lo mismo! No eres ese
cuerpo y sus logros.
Eres el observador. Fíjate en todo y agradece las capacidades que te han sido
concedidas, la motivación para lograr cosas y las cosas que has acumulado, pero
atribúyele todo el merito a la fuerza de la intención que te dio la existencia
y de la que formas parte materializada.
7. Libérate de tu fama.
La fama que tienes no esta localizada en ti, sino en la mente de los demás y,
por consiguiente, no ejerces ningún control sobre ella. Si te preocupas
demasiado por como te van a percibir los demás, te habrás desconectado de la intención
y permitido que te guíen las opiniones de los demás. Así funciona el ego. Es
una ilusión que se alza entre ti y la
Fuerza de la intención.