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lunes, 23 de junio de 2014

LAS CHICAS DEL SIGNO DE CANCER...

CHICA CANCER
De eso no cabe duda. Al comienzo, te costará darte cuenta de si tu chica Cáncer es una gentil doncella regida por la Luna o una chiflada de remate. Y al final, no lo sabrás todavía.
Durante la estación de las lluvias, te ahogará con sus pesares, y cuando el sol vuelva a asomar entre las nubes te hará doblar de risa, y te conmoverá con su ternura. Ser testigo de sus cambios anímicos es como ver una de esas antiguas películas mudas que anteponen un episodio de humor basado en bofetadas histéricas a la patética historia de los Peligros de Paulina, todo acompañado por la musiquita del piano en el foso de la orquesta. A veces, la melodía es alegre y vivaz; otras se pone melancólica. La música es variable, para acompañar las ocasiones, pero jamás aburrida ni monótona. Lo mismo pasa con la muchacha Cáncer. Es un poquitín chiflada, un poco triste y muy imaginativa. Y también sabe ahorrar los niqueles.
Naturalmente, no podrás mirar debajo del colchón mientras no os hayáis casado. El pudor es una de sus condiciones. Pero puedes apostar sin riesgo a que allí guarda un calcetín viejo, bien lleno de billetes verdes y monedas de plata. Aún cuando tuviera un ascendente manirroto, seguramente guardaría algunas monedas bajo la maceta de las azaleas, o tal vez reservadas entre los pliegues de ese mantel de encaje que le regalaron hace diez años para su cumpleaños, y que todavía no ha estrenado. Si abres uno de sus libros de poesía, es posible que caiga de él un arrugado billete de un dólar, deslumbrado por la luz del día. Una mujer Cáncer puede ceder a un súbito impulso de gastar cuando la han herido y necesita mitigar el dolor de las magulladuras, pero durante la mayor parte del tiempo sus gastos quedarán considerablemente por debajo de sus ingresos. Es posible que muestre un especial interés por tu cuenta de ahorros, y que el dinero sea uno de sus temas de conversación favoritos. No te mirará con desdén si no lo tienes, siempre y cuando seas de la clase de hombres que se esfuerza por conseguirlo. Ella te ayudará a ganarlo y a ahorrarlo, pero mucho cuidado a la hora de gastarlo. No vayas demasiado lejos si no quieres que ella tenga la sensación de que vuestra seguridad se desmorona. Cuando le hagas a esta muchacha un regalo carísimo, y ella te diga que no deberías haberlo hecho, no dudes que lo dice en serio.
Si quieres que deje de pensar en seguros, hipotecas, alquileres, facturas y el saldo de su club en el banco, llévatela a la playa a medianoche, a dar un paseo a la luz de la luna. Serán sus mejores momentos. La luna hará aflorar todos sus sueños secretos, y es posible que la proximidad del agua le haga olvidar todas sus inhibiciones. Es muy posible que en el espacio de una hora veas toda la gama de sus emociones. Entonces, podrás elegir la que mas te guste y darle ánimos para que la cultive.
Cuando salgas con una chica Cáncer típica a pasear solos por una playa, bajo la luna llena, asistirás a una transformación extraña. Esa dama fría y reservada que conociste durante el día, o esa muchacha desaforada y tentada de risa que se te mostró alguna vez que la llevaste al teatro o a cenar a un restaurante, se convertirá súbitamente en una criatura de otro mundo cuando los magnéticos rayos de la luna iluminen sus ojos y sus oídos se llenen del rumor de las olas. Se convertirá en una ninfa del mar, que puede elevarse contigo tan alto como pueda llegar tu imaginación. Nueve veces de cada diez, el sistema funcionará, y la décima será probablemente porque acertaste a elegir la luna nueva. Con eso no lograrás lo mismo. Cuando la luna está en menguante, ella se mostrará tímida y dulce, pero lo que necesitas en realidad es una luna lo bastante llena como para movilizar todos sus talentos latentes. Bajo su hechizo, en el momento justo de su propio flujo y reflujo de emociones, Cáncer puede escribir un poema, componer una canción o desgarrar el velo de los misterios que durante siglos han hecho cavilar a los filósofos. Naturalmente, es en esos momentos en los que su conversación es interesante, por decir lo menos.
Es necesario que sepas que hay dos variedades distintas de mujeres Cáncer enamoradas. La primera es suave y femenina, tímida, modesta y conmovedoramente temblorosa. La segunda es más bien pegajosa. Es de las que usarán todas las tretas de Eva para sentarse lo más cerca posible de ti en el reservado, cosa que si ella te interesa de veras, puede resultar muy fascinante. Pero si tú solo estás en plan de amigo y ella te toma deliberadamente de la mano o te besuquea las mejillas en el momento mismo en que pasa por ahí la chica de tus sueños, es posible que el juego pierda un poco de gracia. Puedes seguir con la broma, pero conozco a alguien que lo hizo y la otra chica, interesada en serio y que no estaba jugando, pasó de largo. Y él se quedó en las garras de un Cangrejo presa de un ataque de risa. Este tipo de mujeres Cáncer pueden ser un verdadero peligro para el auténtico amor y la felicidad de un hogar, aunque por suerte son una minoría. Aun así, una es suficiente para causar mil problemas.
Como ya lo sabes por los otros signos solares, son pocas las mujeres perfectas. La mujer Aries siempre andará llamando ella sola su taxi y dándose de cabeza contra muros de ladrillo, Sagitario te hablará con una franqueza totalmente chocante, Escorpio puede asustarte, ser versátil Géminis y demasiado orgullosa Leo, y así sucesivamente. En las mujeres Cáncer por lo general no encontrarás estos defectos.
Sin embargo, también hay algunas normas que no debes olvidar con ellas. Cáncer no soporta que la critiquen, se siente profundamente herida por el ridículo y, simplemente, no puede aguantar que la rechacen. Una, dos, tres: son reglas básicas. Es raro que se muestre abiertamente agresiva; la nativa típica es vacilante, y la primera jugada tendrás que hacerla tú. Si por casualidad ella llega a moverse, lo hará hacia atrás o de costado. Con la timidez propia de su naturaleza, y el temor de no ser aceptada, es un eco del varón del mismo signo solar.
Sé de un hombre y una mujer de este signo que se pasaron siete horas, una noche, sentados uno junto a otro en el apartamento de ella, como si no les interesara otra cosa que mirar revistas. Mientras sus corazones latían silenciosamente, ellos examinaron una pila de números atrasados, el periódico de la mañana y el de la tarde, y resolvieron unos cuantos crucigramas. Ninguno de los dos quería dar el primer paso.
Si no eres bondadoso y atento con su madre, no te lo perdonará. Mamá es una dama, y a su hija no le gusta que la insulten. Aunque las chicas Cáncer tienen sentido del humor, no reaccionan favorablemente a los chistes sobre la suegra. Tampoco quieras leer nunca su diario de cuando tenía cinco años, aunque es casi seguro que lo tendrá bajo llave. A Cáncer le gusta guardar secretos, y no esperes de ella confesiones auténticas, a menos que quien se confiese seas tú.
Los miedos de tu lunar amada pueden mantenerte realmente con el alma en un hilo, lo mismo que a ella. Tiene miedo de no ser lo bastante bonita, de no ser lo bastante inteligente, de no ser suficientemente joven o suficientemente vieja. No importa que tenga la silueta de la Venus de Milo, el rostro de Helena de Troya y la mente de Aristóteles: ella se sentirá igualmente inadecuada. Asegúrale que es joven, que es hermosa, que está comprometida y que te tiene a ti. Si se lo repites unas veinte veces al día, es probable que empiece a hacerle mella. Su estado de ánimo cambiará como promedio cuatro veces por mes, con los cuartos de la Luna, amén de pequeñas fluctuaciones dos veces por día, reflejo del movimiento de las mareas. De una manera impredecible, es predecible en cierto modo, y eso puede hacerla fascinante y misteriosa, pero también insoportable hasta el punto de que te entren ganas de propinarle una buena paliza. Durante alguno de sus arranques de melancolía, incluso es posible que tenga miedo de no ser buena cocinera, lo que es un absoluto disparate, porque una Cáncer típica puede hacer que un chef francés quede reducido al nivel del sargento que preparaba el rancho cuando tú hacías la mili. No es mujer que se arregle con un abrelatas automático o con un congelador: prefiere pelar ella los guisantes y hornear ella los bizcochos. Sus guisados son sensacionales, sus patatas livianísimas, sus verduras frescas y crujientes, y lo corona todo con una mermelada de fresa celestial. Las mujeres Cáncer son muy amigas de su cocina, que en la casa es su lugar favorito (después del cuarto de los niños). Revoloteará en torno de ti como una clueca, y es probable que a ti te encante, como a la mayoría de los hombres.
Aparte del miedo, totalmente injustificado, de su falta de habilidad culinaria, quizá tema que tú no la quieras bastante. Eso no es difícil de remediar para ningún varón con sangre en las venas. Adelante, demuéstraselo todas las veces que quieras, que ella estará totalmente receptiva. Una vez que le hayas encendido la luz verde, ella se sentirá feliz de reconocer la señal, y aunque eso puede borrar su complejo de inferioridad, te creará otro problema. A decir verdad, después que la hayas conquistado, una mujer de Cáncer puede mostrarse un poco tenaz... digamos que no te soltará mientras viva, lo que no está nada mal. Hay hombres ávidos de lealtades así. Cuando hayas tenido la suerte de ganarte su amor, jamás estarás falto de comida ni de afecto. Y la sonrisa chiflada con que te los ofrecerá también tiene su encanto. Su rico humor se te hará más cálido y mas querido cuando pienses en todas las sirenas sarcásticas que andan por el mundo con su ingenio cínico y su risa hipócrita.
Es bárbaramente injusto jugar con el corazón de una chica de este signo, porque ella te amará, te honrará, te obedecerá y te fastidiará un poco con devoción sincera. ¿Por qué dar alas a un amor así si no tienes la intención de corresponderlo con el mismo ardor? Recuerda la tenacidad de Cáncer. Es posible que tú no hagas más que flirtear, pero tendrás graves problemas cuando quieras dar por terminado el partido: ella no oirá el silbato. En los sentimientos de una mujer Cáncer no hay nada de superficial ni trivial. Cuando llega a ser dueña de un hombre, o de una taza de té, es para siempre.
Es posible que no impresione a tus amigos con su vivacidad y su chispeante capacidad de halagarlos, pero a ti no dejará de seducirte con su encanto. Las mujeres de julio prefieren reservar sus emociones mas profundas para la gente que sienten más próxima. Después que hayas salido con otras chicas y las hayas comparado con ella, es posible que vuelvas corriendo hacia tu Cangrejo hembra, y le pidas que te aferre otra vez. Y con fuerza.
En el trato con ella, lo más difícil es evitar que se refugie en el caparazón impenetrable del Cangrejo, siempre tan a mano.
Sus sentimientos son tan sensibles y tiernos que la más leve observación, hecha sin intención alguna, puede producirles una profunda herida. Es difícil saber cuando la ha vulnerado súbitamente algún significado oculto. Es posible que alguna noche llegues a visitarla y le digas: “Que hermoso es tu cabello”, y veas que se le llenan los ojos de lágrimas. ¿Por qué? Porque la última vez que estuviste con ella le diste a entender que el pelo se le veía espantoso. Las mujeres Cáncer pueden ser muy quisquillosas y llorar bastante. No te olvides de tener siempre un pañuelo a mano.
Las mujeres nacidas bajo el signo del Cangrejo no son necesariamente tacañas, pero tienen sus hábitos ahorrativos.
Hasta se diría que es lisa y llanamente una compulsión. Es raro que una mujer lunar se deshaga de trozos de hilo, botones, frascos, latas, maridos o patrones viejos para vestidos. Y ¿quién eres tú para decir que no sirven de nada esas entradas de teatro rotas, esas viejas cartas de amor o las bolsitas de té usadas? Algún día de ese imprevisible futuro, es posible que le sirvan para algo los fusibles quemados que guarda en el cajón, con los adornos de Navidad rotos.
No le preguntes que empleo piensa dar a esas doscientas medías y guantes desde hace tiempo divorciados de sus parejas. "¡Ya lo encontrará, descuida! Cáncer no es mujer que tenga paciencia con quien le queme con el cigarrillo el cubrecamas acolchado que heredó de la tía abuela Matilde. Para ella, todo tiene un valor sentimental, incluso los cheques vencidos de 1952 y las viejas insignias de cuando estuvo en la organización de Girl Scouts. Atesora y guarda celosamente las cosas que tiene, y entre ellas a ti, naturalmente. Y no tanto porque sea celosa; es más que nada posesiva, que es diferente.
Es posible que las mujeres nacidas bajo los signos de fuego se resistan y protesten ante las demoras y las decepciones que trae la vida, pero Cáncer tiene por lo común la sensación de que alborotándolo todo no se puede cambiar ni superar nada. Cuando las cosas no van como ella quisiera, es posible que derrame algunas silenciosas lágrimas furtivas, pero su reacción normal será cruzar serenamente las manos y esperar con paciencia a que las cosas se arreglen solas. La paciencia es una de sus mejores virtudes. Cuando está deprimida, sin embargo, es posible que seas tú quien tenga que encontrar la manera de salvarla de sí misma. Trata de rescatarla antes de que se haya hundido demasiado. Además, en cierto modo ella quiere que la mimen. El deseo de dejarse malcriar un poco por los seres amados parece tener hondas raíces en la naturaleza de los Cangrejos. Tu muchacha lunar necesita desesperadamente saber que tú no puedes vivir sin ella, y puede llegar muy lejos para despertar tu piedad y tus instintos protectores, simplemente para asegurarse de lo mucho que significa para ti. Para ella es en realidad muy poco pedir, cuando es tanto lo que da a cambio. Pero durante estos episodios, no te dejes engañar por su debilidad.
Ese bebé desvalido que contra un mundo frío y cruel busca la protección de tus fuertes brazos es perfectamente capaz de valerse por sus propios medios si es necesario. En medio de una rencilla, cuando ella levante hacia ti sus transparentes ojos húmedos y asustados, recuerda que cuando tú te vayas y ella esté segura de que ya has dado la vuelta a la esquina, lo mas probable es que se seque los ojos, ponga una pila de discos en el automático y se dedique tranquilamente a ordenar los armarios. Claro que es cierto que en ocasiones su depresión es auténtica, y no una simple búsqueda de simpatía, típica de Cáncer. Esas noches será mejor que te quedes, que escuches música con ella y la tomes tiernamente de la mano.
El heroico sacrificio de que es capaz una mujer Cáncer por aquellos a quienes ama no reconoce límites. La bravura que aparentemente no puede reunir para vencer sus propios temores se muestra, resplandeciente, cuando un ser querido necesita de su fortaleza. Cuando las cosas se pongan realmente difíciles, no te abandonará jamás, y entonces te recordará mas a una roca, áspera y gigantesca, que a un tenue rayo de luz plateada. También sus hijos encontrarán en ella un refugio y una torre de fortaleza que con sensibilidad y comprensión les ayudará a encontrar su camino. Serán muy apegados a ella, y lo cálido de su amor hará que el hogar materno sea para ellos tan rico, confortable y luminoso como un palacio, aunque fuera una choza. Es posible que tú te veas un poco desatendido cuando lleguen los bebés, pero es que Cáncer rige la maternidad, imagínate. Seguirá habiendo lugar para ti, si bien te verás desplazado unos centímetros. (Si no tiene hijos, una mujer Cáncer pondrá en un animal o en sus amigos su reserva de afecto maternal, para mejor suerte de ellos.) Como hacen los pájaros con sus crías, es posible que les dé de comer cada vez que los encuentra con la boca abierta, ofreciéndoles algo rico y nutritivo.
Para su familia, nada le parece demasiado bueno. Cuando uno de los chicos estornude, lo meterá en cama con medicinas, té caliente y caldo de gallina, mientras no tenga edad suficiente para defenderse. Los hijos de una madre Cáncer no conseguirán salir sin ponerse el pullover grueso cuando haga frío, la bufanda y los mitones si ha nevado y las galochas cuando llueva.
Un niño tiene que tener una fuerza de voluntad enorme para defenderse de la solicitud protectora del Cangrejo, y también necesitará bastante firmeza para no dejarse malcriar. Para estos niños suele ser todo un choque el contacto con el mundo, que les lleva a descubrir que no son ellos el centro del Universo.
Una dedicación y una devoción tan completas pueden proporcionar a la prole un maravilloso lecho de plumas y fuente de seguridad para cuando la vida llegue a ser demasiado real, pero también pueden hacer que los hijos sean dependientes en un grado anormal de los vínculos hogareños, e incapaces de ver sus propias faltas. Muchas veces es imposible decir si es la madre Cáncer la que mantiene a los hijos atados a sus faldas, o si son ellos mismos los que aseguran el nudo. Son madres que guardan todos los cuadernos de la escuela, cuelgan orgullosamente en las paredes torpes dibujos a lápiz y conservan con ternura los zapatitos envueltos en papel de seda. Esos ajados trozos de cabritilla blanca son preciosos, porque la madre lunar, con su memoria clara y fotográfica, recordará los primeros pasos de un niño mucho después de que éste haya volado del nido. También el vuelo suele ser doloroso. Las mujeres de este signo se resisten a dejar que sus hijos asuman los lazos matrimoniales. Tienden a sujetarlos demasiado y durante demasiado tiempo, y les parece que nadie es suficientemente bueno para ellos. Hay veces en que la novia -o novio- en potencia del hijo de una madre Cáncer tiene que pasar poco menos que por el test de Rorschach para ser aceptado.
Conocí una vez a una madre Cáncer que solía ir a buscar todos los días a su hijito a la salida de la escuela. El niño salía siempre del aula como propulsado por un cohete y empezaba a correr furiosamente por el patio de la escuela, antes de acercársele. Una vez que fue en compañía de su hermana, la tía empezó a correr tras el niño, pero la madre Cáncer la detuvo. “No, déjalo -le dijo-. Está soltando presión. Cuando ya no necesite correr, vendrá”. Finalmente, el hijo se le acercó tranquilamente y le dijo, tomándola de la mano: “Vamos mami, que tengo hambre”.
Este episodio resume toda la actitud de la mujer lunar hacia todas las formas de amor, y muy especialmente hacia su matrimonio. Es su extraña forma de posesividad, inconmovible, pero nunca agresiva. En lo profundo de su corazón, ella sabe que por mas lejos que te vayas en pos de tu sueño, siempre volverás, y ella estará ahí, esperándote pacientemente. Sus ojos seguirán teniendo la belleza de la mágica Luna que tú recuerdas, de la cocina llegará el delicioso aroma de las especias, y ella te preguntará que tal fueron las cosas, y como te sientes. Si algo te fue mal y vuelves derrotado, ya encontrará ella la forma de hacerte reír. Después te llenará el estómago y, cuando ya estés relajado, ahuyentarás suavemente tus preocupaciones con sus consejos sensatos y su humor imaginativo. Mas tarde, cuando a la luz del fuego mires ese rostro sereno, volverás a preguntarte: “Realmente, ¿es la doncella lunar de algún jardín nebuloso, o es una encantadora chiflada?”. Pero la respuesta ya no te importará mucho.
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