Seguro que en tu ciudad
hay un pub irlandés que estos días se esté decorando con tréboles, guirnaldas
verdes o muñecos de duendes. Se está preparando para la gran fiesta
irlandesa: San Patricio. Una fiesta que, como Halloween, cada vez se celebra en
más sitios (aunque sólo sea con la excusa de tomarse una Guinness con los
amigos).
El color verde:
es lo más reconocible.
Sabréis quien celebra San Patricio porque lleva algo verde, ya sea un gorro,
una cinta en el pelo o una cerveza coloreada. Muchos pensaréis que la
preferencia por este color tiene una razón obvia: los verdes paisajes de
Irlanda, también llamada “isla esmeralda”. Pues os debemos decir que estáis
equivocados a medias: en un principio el color de San Patricio era el azul,
pero se cambió debido a una famosa canción irlandesa, titulada “The Wearing of
the Green” en la que el cantante pide a todo aquel que sea irlandés de corazón
que lleve algo verde el día de San Patricio. La asociación entre los campos
irlandeses y su santo patrón no es tan inmediata como puede parecer.
El trébol:
también llamado Shamrock. Como
sabéis San Patricio lo utilizaría para explicar a los celtas qué era la
Santísima Trinidad. Sin embargo una reciente teoría apunta a que su uso es más
moderno y tiene un sentido político oculto: recordar al pérfido inglés que,
aunque el norte sigue en su poder, el resto de provincias irlandesas permanecen
unidas en una sola nación (a lo que algunos ingleses, con su habitual humor,
responden que si el trébol acaba teniendo cuatro hojas será cuestión de
suerte).
Los duendes:
los “leprechauns” también
forman parte del simbolismo de San Patricio, aunque cualquier especialista en
folclore irlandés os dirá que un duende y un leprechaun son cosas distintas.
Pero a lo que vamos… ¿qué hacen unos seres paganos representando a un santo
cristiano? Un cuento tradicional narra cómo los paganos y malvados druidas,
dispuesto a hacerle la evangelización imposible al bueno de San Patricio,
invocaron a unos duendes que, además, molestaban a los recién convertidos al
cristianismo. La comunidad se quejó a San Patricio que, invocando a Dios, logró
expulsarles de su iglesia. Ahora bien, la razón por la que estos duendes
aparecen tan felices en lugar de con un enfado monumental en las postales y
adornos del día del santo se nos escapa (quizá tenga que ver con la cerveza).
Las serpientes:
No es un motivo tan
popular como el simpático leprechaun, pero la serpiente también es algo típico
de San Patricio. Y por razones parecidas: de la misma manera que en Inglaterra
no hay lobos (un chiste irlandés dice que todos fueron devorados por
británicos) en Irlanda tampoco hay serpientes. La leyenda cuenta que, como buen
cristiano, San Patricio odiaba a la serpiente porque representaba el mal (ya
sabéis, la manzana, Adán y Eva…), así que con la ayuda de su bastón él solo
echó a todos los ofidios de la isla. Como es comprensible un adorno que simule
de serpiente o llevar al cuello una guirnalda con la forma de este animal es un
poco desagradable, así que no creemos que veáis muchas este día.