El incienso se ha utilizado desde hace, por lo
menos, cinco mil años.
Las primeras civilizaciones lo quemaba para
disimular el olor del animal sacrificado, pero luego los egipcios hacía el
año 1.500 a. C, lo emplearon para dirigir oraciones hacia sus dioses.
Los israelitas adoptaron este rito de los egipcios,
desde los tiempos del Éxodo; libro donde se recoge las precisas instrucciones
dadas por Jehová a Moisés acerca de los materiales, forma y medidas que debía
tener el altar para quemar el incienso y personas que debían encargarse, mañana
y tarde, de la ceremonia.
Los griegos empezaron, por recomendación de
Pitágoras, a hacer ofrendas de incienso, en especial durante la celebración de
los misterios, desde el siglo VI a.C.,
En el caso de los romanos, éstos quemaban incienso
en los templos y en el mundo árabe se aceptó el nuevo rito con tal entusiasmo
que exigieron que los operarios del incienso tuvieran una severa castidad
durante su recolección.
En el Nuevo Testamento, aparece el relato que tres
Reyes Magos ofrecieron al Niño Jesús incienso y mirra, además de oro. Se
cree que ellos eran, en realidad, seguidores de las doctrinas de Zoroastro y
conocían las virtudes mágicas de ambas gomorresinas, procedentes de árboles de
la misma familia.
Cuando el paganismo inició su declive, los
cristianos introdujeron el uso del incienso en el culto divino, hacia el año
370.
Para poder atender su consumo interno, la Iglesia , inclusive, llegó
a tener tierras propias para el monocultivo de este árbol. Hoy en día el uso
del incienso es común tanto en la
Iglesia anglicana, católica como en la ortodoxa.
El uso del incienso en la magia
Existen diferentes razones para usar el incienso.
Se quema al hacer magia con el fin de estimular la
conciencia ritual, es decir, el estado de ánimo preciso para despertar y
dirigir la energía personal.
Este estado de ánimo también se alcanza mediante la
utilización de las velas, entonando cánticos o pronunciando palabras
simbólicas.
Cuando el incienso se quema antes de las
operaciones mágicas, su humo perfumado purifica el altar y el área alrededor,
alejando las vibraciones perturbadoras y negativas.
Es importante saber que se usa determinado incienso
para ayudar a atraer energía, poder personal, purificación, etc.
En este sentido, se detalla, a continuación, una
lista de inciensos simples los cuales se queman para diferentes objetivos.
Benjuí:
Se quema con el fin de purificar el ambiente y para
atraer la prosperidad y la mejora de las facultades mentales.
Cedro:
Se quema para la protección, acelerar las
curaciones y para conseguir dinero.
Canela:
Se quema para lograr mayor concentración de las
facultades psíquicas y fortalecer las relaciones amorosas.
Clavo:
Este incienso se utiliza para lograr protección y
para purificar el ambiente de algún grado de negatividad.
Copal:
Se quema cuando se desea lograr protección o
promover la espiritualidad. Igualmente, se usa para purificar cristales
de cuarzo y otras piedras.
Helecho:
Se quema, dentro de la casa, con el fin de alejar
el mal y, fuera de ella, para atraer la lluvia.
Laurel:
Este incienso se usa en una pequeña cantidad para curar
y también para acentuar sus facultades psíquicas.
Mirra:
Es un incienso de protección, paz, consagración y
meditación.
Olíbano: Se quema para lograr protección, amor
y consagración.
Pimienta de Jamaica:
Se quema si desea dinero, suerte y aumentar las
energías psíquicas.
Pino: Se deja arder sin llama con el fin de
atraer el dinero, la curación y el exorcismo.
Romero:
Este incienso de romero ha sido muy utilizado para
producir sueño, conservar la juventud, encontrar el verdadero amor y aumentar
las facultades intelectuales.
Salvia:
Se busca con este incienso curación y la
espiritualidad.
Sándalo:
Con este incienso se lograr mayor ambiente de
espiritualidad
Sangre de Dragón:
Es muy usada para el amor, la protección, y la
potencia sexual.
Tomillo:
Se quema para lograr salud y curación de alguna
dolencia.