LA TORRE DE BABEL O LA SOBERBIA HUMANABabel Se ha convertido en el símbolo de la confusión porque, según el Génesis, la soberbia humana, que ya se había manifestado durante la construcción del enorme edificio, fue castigada por Dios con la dispersión de los hombres, obligados a habar lenguas diversas en lugar de la única de Adán.
Aunque la tradición bíblica ha colocado la figura de la Torre de Babel en un espacio que no permite discernir con claridad los aspectos históricos del hecho, hay que decir que en literatura cuneiforme de Mesopotamia no faltan referencias concretas que confirman el importante papel simbólico desarrollado por los sigurat, es decir, las grandes torres de varios pisos escalonados.
En un antiguo texto, el rey Nabopolasar mando escribir estas palabras de recuerdo imperecedero “Manduk, el señor, me ha ordenado asegurar las bases de la Torre de Babel, que antes de mi época había tenido un mal fin y estaba en ruinas, en el mundo subterráneo y hacer de modo que su cúspide llegue hasta el cielo. Mande fabricar ladrillos cocidos. Como si se tratara de lluvias del cielo que son sin medida o torrenciales, ordene llevar a través del canal de Arathu ríos de betún. Tome una caña y medí dimensiones que debían darse a la torre… Coloque bajo los ladrillos oro, plata y piedras preciosas de la montaña y el mar. Ordene realizar mi retrato real y lo coloque en la base”.
La puerta del cielo
Nunca sabremos si la torre colocada en el centro de las murallas de Babilonia y descrita por Herodoto era efectivamente la mítica Torre de Babel.
El historiador griego advierte que esta construcción era “larga como un estadio y con las misma anchura” y que por encima de ella se alzaban otras ocho torres.
A ellas se accedía por una larga escalera con asientos en la mitad para descansar durante el ascenso que debía de ser bastante agotador.
El nombre de la Torre de Babel derivaría de la lengua acadia y su significado seria “puerta del cielo”; sin embargo, no debe ignorarse que en hebreo “babel” significa “confundir”.
En opinión de numerosos estudiosos se levantaría en la llanura de Senaar, donde también la sitúa la Biblia.
Se considera que Nemrod el cazador, que reino en varias ciudades, entre ellas Babilonia, fue su proyectista y autor.
Su construcción se remontaría a 115 años después del Diluvio Universal.
Tendría unos 90 metros de alta, aunque según la leyenda mediría unos “cinco millares y medio de altura y diez de circunferencia, y se habría contado con verjas de latón y cuatrocientos ochenta pisos”.
La fascinación que ejercen estas construcciones es secundaria si se compra con el misterioso mensaje que sigue inquietando al observador, sin duda influido por las palabras del Génesis, que se ha convertido la Torre de Babel, en el símbolo de la Soberbia Humana, deseosa de igualar y superar el poder divino.
Massimo Centini
