El Uróboros u Ouraboros, es la emblemática
serpiente del antiguo Egipto y la antigua Grecia, representada con su cola en
su boca, devorándose continuamente a sí misma.
Expresa la unidad de todas las
cosas, las materiales y las espirituales, que nunca desaparecen sino cambian de
forma perpetua en un ciclo eterno de destrucción y nueva creación.
Representa la naturaleza cíclica de las cosas, el eterno retorno y otros
conceptos percibidos como ciclos que comienzan de nuevo en cuanto concluyen.
En
un sentido más general simboliza el tiempo y la continuidad de la vida. En
algunas representaciones el animal se muestra con una mitad clara y otra oscura
haciendo recordar la dicotomía de otros símbolos similares como el yin y yang.
En la Alquimia ,
el Ouroboros simboliza la naturaleza circular de la obra del alquimista que une
los opuestos: lo consciente y lo inconsciente.
Siendo igualmente un símbolo de
purificación, que representa los ciclos eternos de vida y muerte.
El registro más antiguo de su aparición es en un libro de Alejandría, en el
siglo II, que decía hen to pan, o "todo es uno".
Aquí ya se lo
presenta mitad blanco, mitad negro, demostrando la dualidad presente en todo.
Igualmente podemos encontrar un mito similar en la mitología nórdica, en esta
mitología, la serpiente Jormungand llegó a crecer tanto que pudo rodear el
mundo y apresarse su propia cola con los dientes.