LA LUNA LLENA…
La Luna, además de ser nuestro satélite, siempre ha
sido un foco en la noche, y todas las culturas que han habitado la tierra,
siempre le han dado la categoría de deidad, culpándola o adorándola por su
influencia sobre el ser humano, la propia tierra, o las criaturas que habitan
en ella.
Sus ciclos, duran 28 días, al igual que el periodo
menstrual de las mujeres, lo que hizo que esta tuviese una gran adoración en
los cultos a la fertilidad en la antigüedad.
En casi todas las culturas se le ha dado un carácter
femenino, y en otras tantas un cierto componente oscuro o antagonista al sol.
Por sus efectos sobre los cánidos y muchos
animales, también se le atribuye el poder del cambio dentro de las bestias
antropomorfas, como el hombre lobo, y a la vez, siempre se le adjudicó un
carácter esotérico a la hora realizar los aquelarres y las invocaciones en las
noches de luna llena.
Todas estas características, siempre han hecho ser
el epicentro de muchas leyendas, pero…
¿Realmente son verdad los mitos que la rodean?
¿Porqué los lobos aúllan a la Luna?
Cuenta la leyenda, que una noche ancestral, la Luna
bajó a la tierra y se quedó enredada entre las ramas de un árbol.
En ese momento apareció un lobo y la empezó a
acariciar con su hocico y jugaron toda la noche, hasta que ella volvió al cielo
y el lobo al bosque, y esta, le robó la sombra al cánido para recordarle para
siempre y él desde entonces, le aúlla en las noches de luna llena para pedirle
que se la devuelva…
Partimos de la base de que el aullido del lobo, al igual que el de muchos
cánidos, es una forma de comunicación más, utilizada para alertarse unos a
otros, en la época del celo, para marcar territorios, arropar a sus crías…
Las noches de luna llena no tienen nada que ver con un incremento en los aullidos, aunque, como es verdad, en las noches despejadas de luna llena, la actividad siempre es mayor posibilitada por el aumento sustancial de la luminosidad de la noche.