Los caracoles o caurí son unos pequeños moluscos
marítimos de los que se han obtenido diferentes usos; han servido de
moneda no solo en países africanos también en Asía, en las islas del Pacifico
en América e incluso en Europa extendidos por mercaderes venecianos. Su difícil
y casi imposible falsificación le dio un papel fundamental como moneda de
cambio.
Su nombre posiblemente proceda de la India,
kauri.
Su habita son las calidas aguas tropicales, en el
continente africano, sus costas occidentales son las principales productoras,
concretamente las islas Maldivas.
Existen unas 165 especies, sin embargo sólo se usa
una como moneda, su propio nombre científico la designa como tal; monetaria
(moneta), tiene una longitud de unos 3 cm, su figura es ovalada, con una
abertura central nudosa, de color blanco.
El valor mágico no fue menos que el monetario.
Los caracoles forman una herramienta muy importante
para los sacerdotes Vudú, que con ellos no sólo confeccionan amuletos , también
inician rituales de limpieza o protección, son principalmente un vehiculo de
adivinación, forman uno de los oráculos más utilizados por ellos para averiguar
los males que contrae la persona que requiere de sus servicios, así, como un
modo de conocer el pasado, el presente y el futuro de esta persona, y
aconsejarle sobre que debe de hacer ante aquella situación y los rituales a
seguir o el amuleto a llevar.
El modo de tirar los caracoles no varía demasiado
en América, como en su lugar de origen, África.
En Cuba, la santería la usan junto a los cocos como
oráculo principal.
El origen de los cauris es milenario, remontándose
al antiguo Egipto donde ya se practicaba esta mancia de origen
africano-occidental.
En el Vudú como en otras religiones, el simbolismo
guarda un fuerte valor significativo, al ser una religión
fundamentalmente animista, cada esencia que forma la naturaleza, no solo es
poseedora de tal esencia sino que trascendentalmente adquiere el ser de
algún Loa determinado, dando a la cosa o ser una vida espiritual o divina.
Por lo que el simbolismo representa en el Vudú, no
sólo es una representación arquetípica, sino fundamentalmente un vínculo divino
o una manera de acceder a la divinidad o espiritualidad, para así conseguir
favores de los Loas o de los espíritus.
El símbolo está dotado de vida yen la magia
Vudú se capta la vida del símbolo para transformar otra vida hacía
el bien o hacía el mal, ajenos al valor ético que representen.
Los caracoles forman una herramienta muy importante
para los sacerdotes Vudú, que con ellos no sólo confeccionan amuletos o inician
rituales de limpieza o protección, son principalmente un vehiculo de
adivinación, forman uno de los oráculos más utilizados por ellos para averiguar
los males que contrae la persona que requiere de sus y tendrá una o
varias divinidades u orishas.