MAYAS- Profecías para nuestro tiempo
PARTE (1)
PARTE (1)
Para los mayas los procesos cósmicos son cíclicos y nunca cambian. Lo que
cambia es la consciencia del hombre que pasa a través de ellos, siempre en un
proceso hacia la perfección. Estamos en el último peldaño o Katún de nuestro
actual Ciclo Solar, en el que se realizará una sincronización de tiempos y que
concluirá el sábado 22 de diciembre de 2012, con el que entraremos en lo que se
llama un nuevo Día Galáctico.
Para entonces la humanidad, como conciencia global, debe escoger entre seguir
destruyendo y terminar por desaparecer como especie que atenta contra el
planeta; o evolucionar hacia la integración armónica con el Universo en una
nueva Era de Luz.
Todos nosotros, de una manera u otra, reconoceremos, que a partir de los
problemas que enfrentamos a diario, que no estamos viviendo en armonía.
Sentimos que estamos comenzando a vivir los tiempos de un gran cambio. Sentimos
la guerra, sabemos que hay más erupciones volcánicas, que la polución generada
por nuestra propia tecnología se vuelve alarmante, que hemos debilitado la capa
de ozono que nos protege de las radiaciones del sol. Hemos contaminado el
planeta con nuestros desechos industriales y basuras que acaban con las fuentes
de agua, con el aire que respiramos.
El clima ha cambiado, las temperaturas han aumentado, los glaciares se
derriten, y hay inundaciones en todo el mundo, tornados y huracanes.
Todos buscamos respuestas y un camino seguro para los tiempos que vivimos.
Muchas religiones elaboraron profecías acerca de lo que está pasando. La Biblia anunció que cuando
todos estos hechos sucedieran al mismo tiempo estarían llegando los (temidos y
nunca explicitados) tiempos del Apocalipsis. Los mayas sabían que esto iba a
suceder exactamente en estos tiempos, pues eran excelentes matemáticos y astrónomos,
y dejaron una suerte de guía para que cada uno de nosotros de manera individual
contribuya a llevar a la humanidad hacia el Amanecer de la Galaxia , a una nueva Era
en la que no debería haber caos ni destrucción.
Nos dejaron siete profecías en las que hablan de sus visiones del futuro, de
nuestro presente. Están basadas en las conclusiones de sus estudios
científicos, aunque también espirituales sobre el funcionamiento del Universo.
La primera profecía habla del final del miedo. Dice que el mundo donde abundan
el odio y el mero materialismo terminará el sábado 22 de diciembre de 2012, y
que para ese momento, la humanidad deberá escoger entre terminar desapareciendo
como especie pensante que amenaza con destruir el planeta o evolucionar hacia
la integración armónica con todo el Universo, comprendiendo que todo está vivo
y consciente, que somos parte de ese todo y que podemos existir en una nueva
Era de Luz.
Esto no significa que ese mismo día habrá un cataclismo que acabe con nosotros,
significa que por esas horas del ciclo del planeta, y más aún, del Universo; el
cambio de conciencia y de enfoque que le demos a nuestro rumbo como humanidad,
sellará nuestro destino como especie. Y ese cambio se efectúa individualmente.
Con cada elección constructiva que efectuemos en cada minuto, de cada acción,
cada uno de nuestros días.
La primera profecía dice que a partir de 1999 queda un tiempo equivalente a 13
años, para realizar los cambios de consciencia y actitud de los que nos hablan.
Los mayas sabían que nuestro Sol, ellos lo llamaban Kinich-Ahau, es un ser vivo
que respira y que cada cierto tiempo se sincroniza con el enorme organismo en
el que existe -la galaxia, el Universo- produciendo en su superficie lo que los
científicos llaman erupciones solares y cambios magnéticos.
Los mayas, con sus precisiones de cálculos matemáticos, descubren que esto
ocurre cada 5.125 años; la tierra se ve afectada por los cambios en el Sol
mediante un desplazamiento de su eje de rotación. Entonces descubren que a
partir de ese movimiento, lógicamente, se producen lo que nosotros percibimos
como grandes cataclismos. Los mayas descubren que los procesos universales como
la respiración de la galaxia, son cíclicos y nunca cambian. Lo que cambia es la
consciencia del hombre que pasa a través de ellos, es de esperarse que siempre
en un proceso hacia más perfección.
Consideremos entonces que la perfección evolutiva, es equivalente a una gran
adaptabilidad a los cambios del planeta, de una gran capacidad de adherir
flexiblemente a los procesos y ritmos de la naturaleza. Percibimos, si somos
medianamente inteligentes, que como especie, estamos haciendo exactamente lo
contrario. Intentamos manipular el clima, la tierra, las aguas.
Basados en sus observaciones, los mayas predijeron que a partir de la fecha
inicial de su civilización, desde el 4 Ahau 8 Cumku, es decir, desde el año 3.113 aC . 5.125 años en el
futuro, o sea, el equivalente al 22 de diciembre de 2012, nuestro sol, como
cuerpo sincrónico de la galaxia, cambia su polaridad y producirá una gran
llamarada radiante (erupción solar para nuestros científicos).
Para ese momento, lo ideal es que la humanidad esté preparada para transformar
la civilización actual basada en el miedo, en una vibración mucho más alta de
armonía. Solo de manera individual se puede atravesar la puerta que permite
evitar el sufrimiento del planeta, para dar comienzo a una nueva Era, un Sexto
Ciclo del Sol. Los mayas aseguraban que su civilización era la quinta iluminada
por el Sol, Kinich-Ahau, el gran Quinto Ciclo Solar. Antes habían existido
sobre la tierra otras cuatro civilizaciones que fueron mutando o quizás se
destruyeron por grandes desastres. Sostenían que cada civilización es solo un
peldaño en el ascenso de la consciencia colectiva de la humanidad.
Es curioso que cada hito coincide con otros de otras culturas y tradiciones.
Por ejemplo, para los mayas, en el último cataclismo la civilización había sido
destruida por una gran inundación ¿el Diluvio Universal de la tradición
judeo-cristiana? Que dejó unos pocos sobrevivientes de los cuales ellos eran
sus descendientes.
Pensaban que al conocer el final de esos ciclos, muchos seres humanos se
preparaban para lo que verían y que gracias a eso habían logrado conservar
sobre el planeta a la especie pensante, el ser humano. Nos dicen que el cambio
de los tiempos permite ascender un peldaño en la evolución de la consciencia,
dirigirnos hacia una nueva civilización que manifestará mayor armonía y
comprensión para todos los seres humanos.
El Tiempo del No-Tiempo
La primera profecía nos habla también del Tiempo del No-Tiempo, un periodo de
20 años, llamados por ellos 1 Katún- los últimos 20 años de ese gran ciclo
solar de 5.125 años. Es decir, desde 1992 hasta el 2012. Profetizaron que
durante ese tiempo, manchas del viento solar cada vez más intensas aparecerían
en el Sol. Desde 1992 la humanidad entraría en un último periodo de este quinto
ciclo, de grandes aprendizajes, de grandes cambios. Decían que nuestra propia
conducta de depredación y contaminación del planeta contribuiría a que estos
cambios ocurrieran. Cambios que van a suceder para que comprendamos cómo
funciona el Universo y avancemos hacia niveles superiores.
La primera profecía anunció que 7 años después del comienzo del último Katún,
es decir, en 1999, comenzaría una época que nos enfrentaría a todos con nuestra
propia conducta. Mencionaron que sus palabras serían escuchadas por nosotros
como una guía para despertar.
Los mayas profetizaron que el comienzo de esa época estaría marcado por un
eclipse de Sol que coincidió con una alineación planetaria sin precedentes en
la historia. Predijeron que ese eclipse ocurriría el 11 de agosto de 1.999. Ese
año fue uno de los más movidos de la historia de los últimos 5.125 años. A
partir de esta fecha comenzaron a correr los últimos 13 años. La oportunidad de
nuestra civilización para realizar los cambios que nos conduzcan al momento de
la regeneración espiritual y a una nueva Era Planetaria.
Para los mayas absolutamente todo es matemática y números, y el tiempo de los
13 números sagrados comenzó el agosto de 1.999. Predijeron que a partir de ese
eclipse, las fuerzas de la naturaleza actuarían como catalizador de una serie
de
cambios tan acelerados y de tal magnitud que el ser humano se vería impotente
para contenerlos.
Al igual que los mayas, nuestros científicos contemporáneos aseguran que el
eclipse de agosto de 1.999 fue determinante. Ese día la Tierra estuvo en su
posición más cercana al Sol, y la
Luna en la posición más lejana de la Tierra por eso al interponerse
en el camino del Sol no alcanzo a taparlo completamente y sólo tapó su centro.
Además, por la noche de ese mismo día se produjo una lluvia de estrellas,
también llamada las Perseidas.
Para más coincidencias, prácticamente todos los planetas y el Sol se
encontraron en posición de Cruz con el centro en la Tierra. Curiosamente ,
en esa cruz cósmica los signos del zodiaco ocupados por los planetas eran: Leo
(el león), Escorpio (el águila), Acuario (el hombre) y Tauro (el toro). Son los
símbolos de los 4 evangelistas, de los 4 custodios que protagonizan el
Apocalipsis según San Juan.
Este eclipse es, evidentemente, muy significativo. Para las antiguas culturas
los eclipses eran un símbolo de cambio en el orden natural de las cosas. Además
la sombra que proyectó la Luna
sobre la Tierra
al eclipsar al Sol tuvo un recorrido bastante misterioso, atravesó Europa
pasando exactamente por los Balcanes, por Kosovo; luego pasó por Medio Oriente,
Irán e Irak, después se dirigió a Pakistán e India. Es decir, la oscuridad pasó
por todos los sitios de conflicto potencial en el planeta.
CONTINUARA...