Cosmología Maya
PARTE (2)
La cultura, la ciencia, la religión y el arte maya están basados en su relación
con el Sol. Sostenían que solo a través del Sol se podían comunicar con
Hunab-Ku, el Dios que está en todas partes. Para los mayas, Hunab-Ku es un
organismo gigantesco que nos contiene a todos en su interior. Afirman que su
corazón y su mente están en el centro de nuestra galaxia y que solo a través
del Sol se podían comunicar y dirigirse espiritualmente a él. Por eso su
interés fundamental en el Sol, en Kinich-Ahau. Construyeron sus maravillosas
ciudades, sus sitios ceremoniales y sus pirámides al sur de México, en la Península del Yucatán,
Honduras y Guatemala. Allí dejaron grabados en las piedras sus mensajes del
tiempo, los recorridos del Sol, de la
Luna , de Venus y el camino para que la humanidad se dirija
hacia el crecimiento y la Luz
de una nueva Era, no hacía el materialismo y la autodestrucción.
Maya viene de Mayab, que significa sitio del planeta Tierra llamado Yucatán y
también viene de la estrella llamada Maya que pertenece a la constelación de
las Pleyades. Para los hindúes Maya significa ilusión, para ellos todo lo que
cambia es ilusión, lo que permanece, lo eterno, es el espíritu. Maya también
significa mente, magia, madre. Maya, Maia y María son una misma palabra;
curiosamente la madre de Buda se llamaba Maia, y la madre de Jesús María.
Nuestro mes de Mayo lleva ese nombre en honor a la diosa romana Maya, la diosa
de la primavera, del florecimiento. En filosofía esotérica, la palabra Maya
representa a una mente que se libera del cuerpo para moverse a grandes distancias
con plena consciencia.
No sabemos si este último significado tiene algo que ver con la desaparición de
casi todo el pueblo maya en el año 830 dC. Aunque hay muchas teorías sobre
ello, se dice que desaparecieron de manera voluntaria y consciente, abandonaron
sus ciudades y sus casas en el momento de mayor desarrollo.
Los mayas descubrieron, gracias a sus estudios sobre el Sol, que el Sistema
Solar entero se movía. Llegaron a la conclusión de que el Universo tiene
ciclos, periodos de tiempo repetitivos que comienzan y terminan como el día y
la noche. Se dan cuenta que nuestro Sistema Solar se desplaza en una elipse que
lo aleja y acerca al centro de la galaxia. Es decir, que el Sol y todos los
planetas se mueven en ciclos en relación con Hunah-Ku, la luz central de la
galaxia.
Encontraron que esa elipse, ese giro completo, ese ciclo que realiza el sistema
solar, dura 25.625 años. A este ciclo lo podemos llamar Día Galáctico. Cuando
el recorrido llega a la mitad, es decir tras 12.800 años, estamos cerca del
centro de la galaxia, de la luz, iluminados en el día de la galaxia. En la otra
mitad del recorrido, los otros 12.800 años, nuestros Sistema Solar está cada
vez más lejos de la luz central, es decir, en la sombra, en la noche de la
galaxia, sucede lo mismo que en nuestro planeta pero en una escala mucho mayor;
cada día y cada noche duran 12.800 años. Descubrieron que cada ciclo contiene,
a su vez, ciclos menores que tienen las mismas características que los ciclos
mayores. El Día Galáctico de 25.625 años está dividido en cinco ciclos de 5.125
años cada uno.
El primer ciclo es la
Mañana Galáctica , el segundo es el mediodía y el tercero es
la tarde, luego viene el cuarto ciclo la tarde-noche o anochecer y por fin, la
conclusión, el quinto ciclo la Noche Galáctica que vuelve a dar paso a un nuevo
amanecer, a otros cinco ciclos y así eternamente.
La primera profecía sigue diciendo que en 1.999 el Sistema Solar empezó a salir
del último de esos ciclos, que nos encontramos en el fin de “la noche”,
saliendo de la oscuridad y a punto de entrar en el amanecer de la galaxia. Dice
que al final y al comienzo de estos ciclos, o sea, cada 5.125 años, el Sol
central de la galaxia emite un rayo de luz intenso. Mediante este movimiento de
luz potente, sincroniza a todos los planetas y soles. Equivale al latir del
corazón humano, aunque en este caso el impulso es lumínico en el “corazón” de
la galaxia, que palpita cada 5.125 años.
Ese latir, este resplandor inmenso, es el periodo de transición que marca el
final de un ciclo y el comienzo de otro, dura el equivalente a 20 años de los
nuestros. Ahora nos encontramos en ese momento, el llamado TIEMPO DEL
NO-TIEMPO, es un momento evolutivo, una etapa corta pero intensa dentro de los
grandes ciclos donde suceden cambios muy rápidos para impulsarnos hacia una
nueva etapa de evolución como individuos o como humanidad.
Los mayas hablan de un ritmo lógico y comprobable, de un orden que sabemos que
existe en el Universo. El hombre maya trabajó para comprender el número que le
permite hacerse “dueño” de su tiempo. Su cuenta le permite saber que todos los
planetas tienen ciclos y giros invariables. Estamos en el periodo del No-Tiempo
y como individuos debemos tomar una decisión que nos afectará a todos. Si
continuamos en este curso negativo de odio de los unos por los otros, de
destrucción de la naturaleza, del miedo y egoísmo, es casi deducción que acabaremos
rumbo a la destrucción, el caos y que podríamos desaparecer como especie del
planeta. Pero si tomamos consciencia y nos damos cuenta que todos formamos
parte de un organismo gigantesco y vivo, que debemos respetarnos los unos a los
otros, que debemos sanar a la tierra y ocuparnos de su limpieza, iremos
claramente hacia el crecimiento positivo.
De nosotros depende el sentido que adoptará el cambio de los tiempos, puede ser
una etapa de dolor y destrucción, o por el contrario, nos encontrará unidos en
una misma consciencia positiva dirigidos hacia el siguiente peldaño evolutivo.
La Quinta Civilización del Sol
La historia de lo que se ha descubierto de los mayas comienza en el año 600 aC . En el monte Albán
aparecieron enormes piedras talladas con el primer registro del lenguaje de los
mayas, los números.
Figuras danzantes fechadas con los números mayas: la concha en forma de boca
que representa el número 0, el punto que representa el número 1 y la línea que
representa el número 5. Pero solo en el año 300 dC. Comienza realmente el
desarrollo de lo que podemos considerar maya. Seres que dedicaron su vida a
estudiar y registrar no solo la astronomía cercana, sino los ritmos y ciclos de
todo lo que hoy denominamos galaxia.
Después de casi 600 años de intensa actividad constructora y de un asombroso
desarrollo científico, en el año 830 dC, súbitamente desaparecen. Dejando
intactas casas, ciudades y templos, que poco a poco son devorados por la selva.
Quedan algunos pocos custodios a cargo de lo abandonado, supervisores de la
herencia que nos dejaron.
Pasan aproximadamente 200 años desde el abandono, y en ese momento algunas de
las ciudades son repobladas nuevamente. En el año 949 dC, el rey tolteca
conduce a su pueblo hacia el sur, huyen de la invasión bárbara de los
chichimecas del norte que han destruido su capital, Tula.
Los toltecas ocupan nuevamente algunas de las ciudades mayas abandonadas y las
hacen renacer, pero nunca llegan a los mismos niveles de desarrollo. La época
maya-tolteca dura desde el año 1.000 hasta el año 1.350 dC, cuando comienzan a
desaparecer lentamente. En el siglo XVI, cuando llegan los conquistadores
españoles la mayoría de sus ciudades estaban cubiertas nuevamente por la selva
y para el siglo XVIII, lo poco que quedaba de ellos ya no existe.
De las investigaciones sobre las ruinas de sus ciudades, de los estudios de las
fechas y números tallados en sus muros, de su exacto calendario, de sus códices
y libros sagrados están reapareciendo sus conocimientos y se está descifrando su
mensaje de alerta y esperanza. Miles de sacerdotes, astrónomos y matemáticos
mayas se dedicaron a medir, registrar y estudiar durante siglos al Sol y a
todas las estrellas y planetas. Hace 1.200 años fueron tan avanzados que
calcularon la distancia que recorre nuestro planeta alrededor del Sol, tuvieron
tanta precisión que hoy la NASA
sólo tiene segundos de diferencia con las medidas que obtuvieron los mayas.
Calcularon que la Tierra
daba vueltas al Sol en 365.242010 días. Hoy, el año Greenwich es de 365.2422
días, una increíble diferencia de solo 17 segundos y 28 centésimas.
También calcularon el año del planeta Venus y lo establecieron en 584 días. Hoy
la NASA dice que
la medida es de 583,92 días por año, prácticamente lo mismo. ¿Cómo pudieron
hacer estos cálculos tan exactos sin tener instrumentos de precisión? Su
ciencia astronómica estaba 1.000 años más adelantada que la de todos sus
contemporáneos. Encontraron los pulsos que recibe cíclicamente el Sistema Solar
del centro de la galaxia. Construyeron ciudades como Tulum, rodeadas por
murallas; no para su defensa sino para usarlas como punto de referencia de la
aparición del Sol y los planetas.
En matemáticas eran muchísimo más avanzados. Su sistema aritmético era
vigesimal, es decir, contaba de 20 en 20. Un sistema con base en el número 2,
lo que le convierte en un sistema binario exponencial, un sistema matemático
armónico con el Universo, el mismo que utiliza la naturaleza para la división
de las células. También utilizan los números de manera simbólica,
convirtiéndolos en entidades, seres armoniosos que cuentan una historia. Tenían
el calendario más exacto hecho por cualquier civilización antigua sobre la
tierra. Ateniéndose a los ciclos lunares, el año estaba compuesto por 13 meses
de 28 días cada uno y un día aparte al final del calendario para recibir el
nuevo año (28x13=364+1=365 días). Un calendario que sirve para sincronizar el
ciclo de la Tierra ,
la Luna y el Sol
con el Universo.
También fueron muy avanzados en su manera de cultivar la tierra y cosechar los
alimentos para todo su pueblo. Construyeron redes de canales de riego. Su arte
era absolutamente bello. Los bajorrelieves y las esculturas en piedra tienen
una elegancia clásica. Las delicadas figuras de cerámica de sus soberanos,
sacerdotes, artesanos y de todo el mundo funcionaban como las fotos de la
época. Son unos de los documentos más importantes para entender su vida, sus
costumbres y poder llegar hasta su mente y su corazón.
Es impresionante la cantidad de ciudades y monumentos que construyeron. Vivian
como los griegos, en ciudades-estado. Las pirámides eran basamentos, escaleras
que suben a los templos que dedicaban a las esencias de todas las cosas. Eran
tan avanzados que utilizaron la producción en serie. Todos los elementos repetitivos
de sus palacios eran diseñados mediante la utilización de moldes y luego se
producían de manera industrial para ensamblarlos con increíble precisión.
Con bajorrelieves tallados en piedra, enormes esculturas y pinturas murales
adornaban sus casas reales. Colocaban estelas, que son grandes piedras talladas
donde se contaba la vida de su gobernante, en sus plazas y caminos. En los
muros narraban los acontecimientos colectivos. Utilizaban los techos y suelos
de sus plazas para recoger el agua y canalizarla hacía enormes depósitos.
Mientras, construyendo pirámides y observatorios encontraron una manera de
conocer el Universo, inventaron su sistema de registrar los procesos naturales,
lo estudiaron, lo organizaron, lo consolidaron y lo dejaron escrito en la
piedra como un monumento a la sabiduría.
Construyeron con una tecnología que se perdió en el
tiempo, al igual que el misterio de su desaparición. Pero dejaron
instrucciones.
LAS 7 PROFECÍAS MAYAS
Desvelar las predicciones de los mayas implica sumergirse en su mundo
científico y espiritual. Aquí podrás conocer un poco más sobre cada una de las
profecías.
PRIMERA PROFECÍA
Según esta, el 22 de diciembre de 2012 el Sol recibirá un rayo sincronizador
del centro de la galaxia con el que se iniciará un nuevo ciclo. Será el fin del
mundo de materialismo y destrucción en que vivimos y el inicio de una nueva
etapa de respeto y armonía. Antes de ese día, la humanidad debe decidir entre
desaparecer como especie pensante que atenta contra el planeta o evolucionar hacia
una nueva Era de integración con el resto del Universo.
SEGUNDA PROFECÍA
Esta anunció que a partir del eclipse del 11 de agosto de 1999, las
transformaciones físicas en el Sol alterarían el comportamiento del ser humano.
Dijeron que algunos perderían el control de sus emociones y otros afianzarían
su paz interior para sincronizarse con los ritmos de la galaxia. Así podrán
neutralizarse los cambios drásticos que describen las siguientes profecías.
TERCERA PROFECÍA
En esta los mayas aseguran que la conducta anti ecológica del hombre aumentará
la temperatura de la Tierra
y producirá desequilibrios climáticos y geológicos. La falta de sincronía entre
nuestro comportamiento y la naturaleza traerá grandes problemas, como la
evaporación del agua de los suelos, incendios forestales y la destrucción de
las cosechas. La actitud que tomemos será crucial para sobrellevar esta época
de crisis.
CUARTA PROFECÍA
Aquí se predice una ola de calor que provocará el derretimiento del hielo de
los polos. Según los mayas, este será el modo en que el planeta se limpiará y
reverdecerá, pero a la vez se inundaran las costas y que quienes vivan cerca
del mar se enfrentaran con verdaderas dificultades naturales.
QUINTA PROFECÍA
Según esta debemos sintonizar nuestro comportamiento con los ritmos de la
naturaleza y la galaxia, pues antes del 2012 veremos fallar todos los sistemas
sobre los que está basada nuestra civilización. A partir de estos hechos, el
hombre verá la necesidad de reorganizar la sociedad de un modo más armónico y
menos competitivo.
SEXTA PROFECÍA
Habla de la aparición de un cometa que traerá transformaciones físicas muy
bruscas en nuestro planeta. A partir de sus cálculos, los mayas, aseguran que
existen altas probabilidades de que el cometa afecte a la Tierra. Pero a la
vez, sostienen que es posible desviar su trayectoria.
SEPTIMA PROFECÍA
En esta séptima y última profecía los mayas nos dejaron un mensaje de
esperanza. Dijeron que a partir de un esfuerzo voluntario por lograr la armonía
y la paz interior, podremos desarrollar nuevos sentidos e integrarnos al
funcionamiento de la galaxia. Así podremos reducir los efectos nocivos
anunciados por las otras profecías y renacer en una nueva Era, la Era de la Luz.