La multitud se apelotonaba en el muelle, mientras
en el agua flotaban flores y se escuchaba música de fondo.
Era casi como si la ciudad británica de Southampton
hubiera retrocedido 100 años, cuando despidió al legendario “Titanic”. Pero
hoy, eran los familiares de las víctimas quienes se reunieron para
conmemorar el punto de partida de la tragedia.
Aquel 10 de abril de 1912, muy pocos habrían creído
que el poderoso “Titanic”, entonces el barco más grande del mundo, sería
derribado por un iceberg tan sólo cinco días después, dejando más de 1.500
muertos.
En los próximos días tendrán lugar numerosos actos
conmemorativos de la tragedia, tanto en Southampton como en Belfast, la ciudad
donde se construyó el transatlántico.
Uno de los más esperados tendrá lugar en la
madrugada del 15 de abril, cuando un crucero llegará al mismo punto donde hace
un siglo naufragó el “Titanic”.
Más de 1.000 pasajeros se embarcaron el fin de
semana de Pascua en este particular viaje de recuerdo.
Sin embargo, en Southampton se guardó silencio
durante décadas sobre la tragedia del “Titanic”, pues había demasiado dolor.
De los 1.500 muertos, 550 vivían en esta ciudad costera de Inglaterra.
En 1912 se decía que todos los habitantes de la
localidad conocían al menos a una víctima del naufragio, y muchos perdieron a
varios familiares.
Prácticamente todos formaban parte de la
tripulación del “Titanic”, trabajaban como camareras, técnicos y demás personal
de a bordo.
“El ‘Titanic’ hundió a Southampton en un grave
shock que se prolongó muchos años”, dijo la experta Vicky Green, de la
biblioteca de la ciudad. Después de dejar los astilleros de Belfast, el
“Titanic” recargó carbón y alimentos en Southampton, donde además embarcaron
gran parte de los pasajeros.
“La herencia dañó durante mucho tiempo a la
ciudad”, añadió Green. Especialmente traumáticos fueron los días de la
tragedia: la gente se reunía en el puerto a esperar noticias sobre la lista de
muertos y supervivientes.
Pero el silencio sobre lo ocurrido no se debió sólo
a la tragedia, sino también a la importancia de la industria naviera para la
ciudad.
“La gente temía perder su trabajo si teatralizaban
la situación.”
Hoy en día, todo eso forma parte del pasado: una
grabación de la sirena del “Titanic” recordó el momento en que zarpó el buque y
una orquesta tocó el himno “Nearer My God To Thee”, supuestamente la última
canción que sonó hasta que se hundió el barco.
Un crucero de época abandonó simbólicamente el puerto,
emulando a su predecesor.
“La ceremonia fue muy conmovedora y pensada con
gusto”, dijo Vanessa Beecham, que perdió a su tío abuelo Edward Biggs en
la tragedia. Biggs era bombero y tenía 21 años.
“Nos preocupaba que, entre todo el revuelo, las
familias fueran olvidadas en el aniversario”, añadió.
Con todo, pese al recuerdo la ciudad quiere mirar
hacia adelante. Un nuevo museo inaugurado hoy cuenta la historia de Southampton
y del “Titanic”.
En su apertura, los niños desfilaron por las calles
con retratos de las víctimas.
Y es que, según las autoridades, el centro está
pensado para acercar a las nuevas generaciones esta pieza clave del pasado de
la ciudad.