Ubicación: Terrassa (Cataluña)
Aunque practicamente toda la geografía catalana ha tenido indicios de actividad brujenil, Terrassa fue una de las poblaciones en las que se produjeron más acusaciones de brujería por el Santo Oficio.
Se cuenta que, sobre el año 1615, en las afueras de la villa se celebraban reuniones secretas de brujas y celebraciones de aquelarre.
Los vecinos estaban muy sustados por aquellos tiempos, pues decían sentirse rodeados por estos seres.
Según lo anales de la Inquisicion y otros documentos, las brujas se reunían los jueves por la noche en un bosque cercano del término de Can Palet de la Quadra, y bajo un enorme pino las esperaba el diablo, con representación de macho cabrío y sentado en una butaca.
Según los que pudieron verlo, todas en fila iban acercándose a él entonando cantinelas y cuchicheando; estos también cuentan que, tras besarle la mano y hacerle una reverencia de respeto, se disponían a cenar copiosamente con alimentos servidos por el mismo Satán.
Luego terminaban con una descomunal orgia.
Las autoridades de la villa de Egara acordaron, el 26 de diciembre de 1618, contratar los servicios de un cazador de brujas llamado Joan Font, de los que resultaron, pocos meses mas tarde, seis brujas apresadas y conducidas al castillo de Terrassa.
Tras arrancarles una confesión por medio de inaguantables tormentos, allí fueron juzgadas y condenadas a muerte.
Fueron ahorcadas en la riera de les Arenes el 27 de Octubre de 1619.
P. Amorós