ISIS Y LOS SIETE ESCORPIONES
Autor: Francisco Lopez
(PARTE I)
El viaje de Isis, acompañada por siete escorpiones, grabado en la estela Meternich, una estela protectora contra los escorpiones y criaturas peligrosas. El relato nos da a conocer el poder mágico de la diosa con el que devuelve la vida al hijo de una mujer.
Este texto es una adaptación libre de la leyenda de Isis y los Siete escorpiones escrita sobre la Estela Metternich, encontrada en Alejandría en 1828, durante las labores de excavación para la construcción de una cisterna en un antiguo monasterio franciscano, y fechada en el reinado de Nectanebo II.
La estela fue presentada por Muhammad Ali Pasha al príncipe Metternich, a quien debe su nombre.
En ella Isis viaja acompañada por siete escorpiones y se relata el poder de la diosa a través de la magia cuando devuelve la vida al hijo de una mujer, picado por uno de los escorpiones.
La estela se encuentra actualmente en el Museo Metropolitano de Nueva York. El texto que aquí presentamos es una adaptación basada en la publicación de los textos que aparece en la obra de Wallis Budge, "Legends of the Gods", p. 157 y ss.
Yo soy Isis, la gran Diosa, la Señora de la Magia, la Poderosa en Hechizos.
Salí de mi casa, en la que mi hermano Seth me había encerrado porque Thot me llamó, Thot el dos veces Grande, poderososo de la justicia y la verdad en la tierra y el cielo. Él me llamó y me dijo: 'Ven, oh Isis, ahora es bueno escuchar, porque hay vida para el hombre que se deja guiar por el consejo de otro.
Ocúltate, tú y tu hijo, porque él puede llegar hasta nosotros.
Sus miembros crecerán, y también su fuerza se hará poderosa y él accederá al trono de su padre, a quien vengará y el rango de Gobernador de las Dos Tierras será suyo'
Huí cuando Ra descendía en gloria por el lado occidental del cielo y el manto de la noche cubría el cielo.
Conmigo venían los siete escorpiones y sus nombres eran Tefen y Befen, Mestet y Mestetef, Petet, Tetet y Matet.
Detrás de mí estaban Tefen y Befen; Mestet y Mestetef a cada uno de mis lados; delante iban Petet, Tetet y Metet, vigilando y protegiendo el camino para que nadie pudiese entorpecer mi viaje.
Yo les ordené en voz alta y mis palabras atravesaron el viento y penetraron en sus oidos: No conozcáis a ningún negro, no saludéis a ningún rojo, no prestéis atención a ninguna criatura noble o plebeya.
Mantened vuestro rostro en el camino'.
Entonces vagué por la Tierra de Egipto, Tefen y Befen tras de mí, Mestet y Mestetef a cada uno de mis lados, Petet, Tetet y Matet delante de mí; y de este modo llegamos a Per-Sui, donde se venera al cocodrilo y la Ciudad de las Dos Sandalias, que es la ciudad de las Diosas Gemelas, allí donde comienzan los pantanos y marismas del Norte del País, donde hay campos de papiro y donde habitan los hombres de los pantanos; y de aquí a las Grandes Aguas Verdes en la Tierra del Norte.
Cuando llegamos a las afueras, cerca de las casas que habitan los hombres de las marismas, pasamos cerca de la vivienda de una rica mujer de nombre Usert.
Ella se encontraba en la puerta. Desde lejos me vió llegar cansada, fatigada y dolorida y de buen grado me habría sentado en su casa a decansar, pero cuando me dirigí a ella con la intención de hablarla me cerró la puerta por miedo a los siete escorpiones que me seguían.
Continué mi camino y encontré a una mujer de las marismas que me abrió la puerta de su casa en la que pude descansar, pero Mestet y Mestetef, Petet, Tetet y Matet y Befen se pusieron de acuerdo y unieron todo su veneno bajo el aguijón de Tefen de modo que su picadura se convirtió en siete veces poderosa.
Entonces Tefen regresó a casa de la mujer de nombre Usert, aquella que nos había negado el descanso.
Su puerta continuaba cerrada pero Tefen observó una pequeña grieta por la que pudo introducirse en el interior de la vivienda, donde encontró al hijo de la mujer.
Reptando hasta donde se encontraba le inyectó el veneno de su aguijón, ahora siete veces poderoso y se declaró un fuego en la casa de la mujer cuyo nombre era Usert, pero no había agua para extinguirlo y fue el Cielo quien envió el agua sobre la casa.
Un gran prodigio porque la fecha de las lluvias aún estaba lejana.
CONTINUARA...