ANEMONA
Entre las ninfas del cortejo de la diosa Flora, Anémona era la que descollaba por su gracia y su belleza. Disgustada Flora, la obligo a vivir escondida.
Un día, Céfiro y Bóreas la sorprendieron bañándose y se enamoraron de la hermosa ninfa. La diosa se vengo de Anémona convirtiéndola en flor, y, deseando a la vez zaherir a los vientos, dispuso que la flor se abriese cuando termina el viento y aun no esta consolidada la primavera.
Entre las ninfas del cortejo de la diosa Flora, Anémona era la que descollaba por su gracia y su belleza. Disgustada Flora, la obligo a vivir escondida.
Un día, Céfiro y Bóreas la sorprendieron bañándose y se enamoraron de la hermosa ninfa. La diosa se vengo de Anémona convirtiéndola en flor, y, deseando a la vez zaherir a los vientos, dispuso que la flor se abriese cuando termina el viento y aun no esta consolidada la primavera.
Así, Bórea, el viento del norte del invierno, cuando corre para abrazar a Anémona, destruye los delicados pétalos de su flor precoz, y Céfiro, la suave brisa primaveral, llega demasiado tarde y solo puede acariciar el desnudo tallo.
Tal es el mito de la anémona, llamada “flor del viento”, símbolo de la belleza dulce y frágil, que brilla pero que no permanece.
Otra leyenda mitológica refiere que Adonis murió sobre un lecho de anémonas que, de blancas, se volvieron rojas.
En la simbología cristiana, la anémona significa también el dolor, la enfermedad o la muerte.
Tal es el mito de la anémona, llamada “flor del viento”, símbolo de la belleza dulce y frágil, que brilla pero que no permanece.
Otra leyenda mitológica refiere que Adonis murió sobre un lecho de anémonas que, de blancas, se volvieron rojas.
En la simbología cristiana, la anémona significa también el dolor, la enfermedad o la muerte.
Símbolos y Mitos de J. Antonio Pérez-Rioja