Los poetas antiguos lo han representado como gigantes turbulentos, inquietos y veleidosos.
Homero los personifica dándoles forma humana.
En la mitología clásica se les considera hijos del Cielo y la Tierra.
Los dioses de los vientos se revistieron primitivamente con figura de caballos, mas tarde , como hombres desaforados, barbudos, con alas.
Frecuentemente fueron simbolizados con doble faz, una en la parte anterior y otra en la posterior, en relación con la variedad de la dirección de los vientos.
Los vientos mas característicos eran los siguientes:
Boreas o Aquilón, el viento del Norte -al que se representaba como un anciano-, prototipo de la rudeza de Tracia (región septentrional de Grecia);
El Céfiro o Favonio, viento del Oeste, prototipo de la dulzura, cuyo soplo suave y benéfico da vida a la naturaleza; los poetas le descubren como un joven dulce y sereno;
El Noto o Austro, viento caliente y tormentoso del Sur.
Y el Euro, viento del Este. Hijo favorito de la Aurora, vuela con los caballos de su madre y es representado como un joven alado que por donde pasa siembra flores, saliendo el Sol tras él.
Pero el señor o rey de todos los vientos es Eolo (el veloz), que habita en una isla flotante, es decir, sobre una nube en el lejano Occidente y tiene encerrados a los vientos en una cueva (la cavidad de una nube)
El viento o mas bien el aire, símbolo del pensamiento portador del aliento y del retumbo divino, es una de las mas conocidas formas de la voz que tomaba el espíritu de la divinidad.
Del Libro Símbolos y Mitos
J. Antonio Pérez-Rioja
El Céfiro o Favonio, viento del Oeste, prototipo de la dulzura, cuyo soplo suave y benéfico da vida a la naturaleza; los poetas le descubren como un joven dulce y sereno;
El Noto o Austro, viento caliente y tormentoso del Sur.
Y el Euro, viento del Este. Hijo favorito de la Aurora, vuela con los caballos de su madre y es representado como un joven alado que por donde pasa siembra flores, saliendo el Sol tras él.
Pero el señor o rey de todos los vientos es Eolo (el veloz), que habita en una isla flotante, es decir, sobre una nube en el lejano Occidente y tiene encerrados a los vientos en una cueva (la cavidad de una nube)
El viento o mas bien el aire, símbolo del pensamiento portador del aliento y del retumbo divino, es una de las mas conocidas formas de la voz que tomaba el espíritu de la divinidad.
Del Libro Símbolos y Mitos
J. Antonio Pérez-Rioja