NARCISO
Hijo del río Cefiso y de la ninfa Liriópe.
De gran belleza, ganaba todos los corazones, pero desdeñaba a las mujeres.
La ninfa Eco, despreciada por él, murió de amor.
Afrodita le castigó, encendiendo en el una extraña pasión que le indujo a enamorarse de si mismo al verse reflejado en las aguas de una fuente y desfalleciendo, hasta ahogarse en el fondo.
De aquí que el verse reflejado en las aguas fuese considerado como un presagio de muerte.
El mito del joven Narciso es, sin duda, funerario.
La flor del mismo nombre, en la que fue transformado Narciso, simbolizo la fragilidad y la muerte, consagrándose a Hades (Plutón), dios de los infiernos.
El narciso era la flor que -según los antiguos- adormecía a los seres en el ultimo sueño, representado el transito de este mundo al del mas allá.
Narciso se concibe dentro del plano cósmico, y dice que "el mundo es un inmenso Narciso en el acto de pensarse a si mismo, por lo que Narciso -que representa el egoísmo, la vanidad, el amor de si mismo- es símbolo de esa actitud autocontemplativa, absoluta e introvertida".
De aquí que, en el lenguaje familiar, se diga "presumido como un Narciso" del hombre en exceso vanidoso y poseído de si mismo.
El narcisismo es la exageración del proceso de autocontemplación.
El mito de Narciso -que ha inspirado a numerosos artistas antiguos y modernos, desde los griegos- tiene una importancia universal y significativa, la visión antropomórfica del cosmos.
Dentro de la teoría psicoanalítica, el complejo de Narciso o complejo narcisista, está señalado por la fijación efectiva del endividuo hacia si mismo.
Se manifiesta, psicología y simbólicamente, por un desplazamiento del mundo exterior y un desarrollo de la vida interior en un sentido egocéntrico, dando una importancia exagerada hacia la propia persona.
A.P. Rioja