EL ELEFANTE DE LA "SUERTE"La consideración de este amuleto proviene de la deidad hindú Ganesha.
Un dios que tenia la cabeza de elefante. Hijo de Sivha y Parvhati, Ganesha era esencialmente un dios de la buena suerte, que prometía el éxito, la prosperidad y la paz.
En particular era un "eliminador de obstáculos" por el sencillo medio de aplastar dichos obstáculos con su poderosa trompa.
Como consecuencia de la fama de Ganesha como suministrador de ayuda, también el elefante, en su forma animal natural, llegó a ser conocido como símbolo de buena fortuna.
La transformación del dios protector indio con cabeza de elefante en amuleto de la buena suerte occidental cobró impulso en la primera mitad del siglo XX.
La popularidad de estos amuletos creció, alcanzando su apogeo en las décadas de 1920 y 1930, periodo en que llegaron a formar parte de casi todos los amuletos con forma de colgante o brazalete de Europa y América del Norte.
Las pequeñas figurillas de se hacían de plata, jade, marfil, ónice, ébano y otros materiales.
Siempre se ha considerado que la postura del elefante era importante.
Para que diera buena suerte a su portador, la figura tenía que verse en posición de pie, marchando y con la trompa levantada doblada hacia atrás de forma que tocase la cabeza del animal.
Siempre se ha considerado que la postura levantada era necesaria por la misma razón que las herraduras de la suerte deben apuntar hacia arriba: impedir que la buena suerte escape.
Al curvarse hacia arriba, la trompa impide que la suerte fluya hacia abajo y desaparezca.
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