Palma (Islas Baleares)
Durante el siglo XVII en el barrio judío del Call y la Portella, en la ciudad de Palma, salto la noticia de que un extraño dragón se paseaba durante la noche por la ciudad.
Al principio desaparecían gatos, perros y animales de granja, pero luego se corrió la voz de que algunos niños que dormían en sus cunas también habían caída bajo las garras del temible dragón.
Decían las gentes que vivía en el entramado subterráneo de alcantarillas, y pese a que fueron en su busca, no lo encontraron.
Según cuenta la leyenda, en 1776, el capitán y gobernador de la ciudad de Alcudia, llamado Bartomeu Coch, se encontraba cortejando a una joven en la zona de la Portella.
Mientras ella le hablaba desde su balcón, oyó unos extraños ruidos y, al darse la vuelta, vio a la tremenda fiera, un enorme cocodrilo.
Saco su espada, y con gran fuerza y destreza acabo con la vida del monstruo que tanto pánico había sembrado en la población.
Lo arrastró hasta su amada y se lo ofreció en prueba de su amor, exclamando "Vet ací es drac, es drac de na Coca" (Aquí está el dragón, el dragón de na Coca)
El dragón fue embalsamado, y actualmente se encuentra en el Museo Diocesano, donde se conserva y se puede ver.
P. Amorós