(PARTE IV)
Zaragoza, Avenida César Augusto, 1312 de Julio de 1979
Ya de noche, entre de nuevo en el hall del hotel para ir a dormir.
Cuando caminaba por el pasillo, alguien me empujo.
La sensación fue similar a cuando alguien pasa corriendo junto a ti y te tiran sin llegar a topar directamente contigo, pero el caso es que caí al suelo y no había nadie.
No habían tomado alcohol, pero estaba cansado y lo achaqué a un tropezón.
Al entrar en mi habitación, las luces no se encendían, y las del pasillo se apagaron, con lo que me quedé completamente a oscuras.
Pensé que se habría fundido la bombilla de la habitación, y entre en el baño para encender la luz.
Incluso antes de dar al interruptor; tanto las luces del pasillo como las de la habitación se encendieron a la vez.
Eso me hizo pensar en una "cochambrosa" instalación eléctrica.
Tras esto, percibí un aroma diferente al que encontré al entrar, ya que ahora olía como a colonia de mujer, y diría que cara.
Me mosquee un poco pensando en si algún empleado se habría estado dando el lote, pero no vi nada fuera de lo normal.
Eso sí, a partir de ahí, las cosas fueron de mal en peor.
El aroma de mujer se disipo de inmediato y comenzó a subir otra vez el hedor nauseabundo, en lineas generales, el hedor iba y venia constantemente.
Bueno, pues me fue desvistiendo y me dispuse a meter mi ropa en el armario, y cuando fue a abrirlo, el tirador quemaba (recuerdo que pensé que podría ser una descarga eléctrica o algo así, aunque me parecieron de plástico y, claro, se habrían fundido, pero recuerdo que me quede alucinado porque me quemé, incluso se me pusieron los dedos rojos).
Por otro lado, el suelo estaba caliente a ratos (solo así se explica el calor de la habitación en un día caluroso de por si).
Al darme una ducha, el agua caliente salia muy caliente, y la fría, templada; y mi querido Mac portátil, que utilizaba para trabajar entonces "petó", según el técnico al que posteriormente se lo lleve, se quemo la placa que hay bajo el procesador, y la caché L2 -no se que es-, pero fue una pasta importante.
Como estaba muy cansado, cabreado y molesto con todo, decidí irme a dormir y cambiar de hotel por la mañana, pensando, que seria difícil ser mas "cutres".
Me equivocaba.
Durante la noche, el teléfono sonó cuatro veces sin que contestase nadie, aunque como de fondo sonaba como ruido de transistores, como cuando sintonizas una radio antigua, en aquel momento pensé que podría ser por las deficiencias de la linea del hotel.
P. Amoros
CONTINUARÁ ...