EL MISTERIO DE LA HABITACIÓN 510 DEL HOTEL CORONA DE ARAGÓN
Zaragoza, Avenida Cesar Augusto, 13
Fecha 12 de Julio de 1979
¡Pedro, tienes que venir! He reservado la habitación 510 del antiguo Hotel Corona de Aragón.
Era la voz de mi querido amigo Ángel Briongos, periodista, investigador y escritor, también coordinador de la SEIP en Aragón.
Me contó que en dicho Hotel se había producido un terrible incendio hacía muchos años y que, desde entonces, en la habitación 510 suelen ocurrir algunos fenómenos extraños.
Siguió contándome, y en tono mucho mas serio me dijo que hay personas que afirman haber vivido situaciones muy extrañas en esa habitación, y que su interés era quedarse una noche para experimentar si era o no cierta la leyenda que se ha formado en torna al Hotel en cuestión.
Para encontrar nuestro punto de interes, basta con dirigirse, en plena capital de Zaragoza, a la Avenida Cesar Augusto, 13 -como no, por lo que al numero se refiere-
Ahi encontraremos el magnifico Hotel Meliá Zaragoza Corona.
Segun la historia, antes de ser de la cadena Sol Melia, este hotel sufrió uno de los percances que nadie quisiera haber vivido, ni dentro ni fuera de él.
El 12 de Julio de 1979, el Hotel Corona de Aragón era noticia.
A consecuencia del nombramiento de caballeros alféreces que se celebraba en la Academia General Militar de Zaragoza, durante aquellos días decenas de militares se alojaban en él.
También se encontraban la viuda y la hija del general Franco, y su marido, el marques de Villaverde.
Aquella fatídica mañana se originó un terrible incendio que, según algunos testigos, tuvo dos puntos calientes.
Bomberos, ambulancias, Policías, Guardia Civil..., todos estaban ahí, pendientes de lo que los bomberos pudiesen hacer.
Pero el antiguo y lujoso Hotel Corona de Aragón ardía como una tea en una hoguera.
Al poco, el humo invadió por completo varios pisos, y el fuego se extendió rápidamente por todo el edificio.
Los bomberos rindieron al máximo, concentrando su atención en intentar salvar a la mayor cantidad de huéspedes posible.
Aun así, se produjeron escenas dantescas de personas que tuvieron que saltar desde los balcones porque no podrían ni tan siquiera respirar, ya que, literalmente, están asfixiándose.
Una de las fotografías que conmovierón al país fue la de un hombre cayendo desde las alturas.
Ese hombre era Juan Dominguez, que se encontraba hospedado esa noche en el lujoso Hotel y nos cuenta su terrible experiencia: "Estaba en pijama y tuve miedo de que, si me mataba, no me pudieran identificar, me puse la cartera en un bolsillo del pijama y me aventé. Caí en la lona, pero esta toco el suelo y me rompí diecisiete costillas, la pelvis con dos fracturas, la columna casi rota, el hígado reventado, el pulmón izquierdo desgarrado y una conmoción cerebral.
Treinta días en coma.
Al fina viví, pero totalmente incapacitado.
Algo que tampoco se puede olvidar son los gritos desgarradores de una madre que veía precipitarse a su hijo desde un balcón y estrellarse contra el suelo.
P. Amorós
CONTINUARÁ...