ENEAGRAMA DEL AMORPodríamos decir que el ENEAGRAMA del Amor es el corazón del ENEAGRAMA, pues toda la estructura de nuestra personalidad, todo nuestro carácter entendido como defensa o como neurosis se basa en época temprana en una carencia de Amor.
Un Amor que vino a destiempo, que supo a poco, que debió ser compartido, que fue invasivo.
Si, pudo haber regalos, aplausos, grandes fiestas de cumpleaños, pero lo que un niño; (y un adulto) siente como amor, como reconocimiento, cercanía, atención, complicidad y escucha, eso, para muchos de nosotros, fue una promesa.
Por eso aprendimos, desconcertados y heridos, a representar el amor, o a conseguir amor a costa de ficciones amorosas.
Después aprendimos que el amor que no tuvimos, tampoco era tan fácil darlo.
Y era más fácil amar a la humanidad en abstracto, que al amigo, amar para conseguir placer que reconfortar al otro.
Hicimos un contrato del amor, yo te doy, si tu me das, hicimos también un refugio o una compra-venta, amar a otro que previamente se ha convertido en objeto, algo que no siente.
Aunque no todo fue juego, porque sintiendo como sentimos, el des-amor, nos damos cuenta del vació en el que vivimos y que el mundo por muy repleto de cosas y atracciones que tenga es cruel, sin amor, esta vació de sentido.
Toda relación sin amor, es puro interés, mera supervivencia, juego hipócrita.
Reconocer las cáscaras del amor es la gran posibilidad de darnos amor a nosotros mismos, sin las justificaciones existentes del porque no me han querido, del porque, me han hecho daño, del porque, no me atendieron.
Y cuando uno tiene amor, no se plantea dárselo a los otros, surge de pura emanación.
Arjona Peragón
Centro Cultural Nae-Do (Sevilla)
