LOS GASES DIVINOSLas sacerdotisas del Templo de la ciudad griega de Delfos, dedicado a Apolo, eran respetadas por los oráculos que emitían tras respirar los vapores divinos.
Cuenta Plutarco que la sacerdotisa, para acceder a la profecía, entraba en una gruta e inspiraba el humo que manaba de las entrañas de la tierra, sentada en una silla de tres patas.
De este modo, el oráculo reveló a Edipo que mataría a su padre y se casaría con su madre.
Ya el historiador heleno sugirió que las sacerdotisas inspiraban vapores sulfureos. Los arqueólogos nunca pudieron verificarlo. No obstante, en 1997, el geólogo de la NASA Jelle Zellinga de Boer, de la Universidad de Wesleyan (Connecticut, EE.UU), afirmó que debajo del monte Pamaso, donde se eleva el famoso Templo, hay una enorme fractura geológica. Por sus muchas ramificaciones se colaban, aparte de agua caliente, gases hidrocarburos e hidrosulfuros (como metano y etano), cuyas emanaciones ponían a las sacerdotisas en estado de trance.
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